Por: Eduardo Lastra D.
Hace algunos años, cuando los empresarios exportadores reclamaban que se elevara el tipo de cambio –a como dé lugar-, para que pudieran competir, los expertos le decían que no confundieran el incremento nominal con el aumento real. Felizmente, este tema ya ha sido convenientemente aprendido y ahora se busca lo esencial y no lo accesorio. Por cierto, el tipo de cambio tiene un papel importante en la competitividad exportadora, pero no lo es todo.
En el terreno político, actualmente escuchamos decir a los voceros del Gobierno; que si somos patriotas no debemos cuestionar la conducta de los militares, de miembros de los servicios de inteligencia; que no debemos ver ni oír a los militares ecuatorianos; que no cuestionemos la política económica actual, mucho menos sus logros. Porque, además, dicen, eso significaría socavar la institucionalidad de nuestras fuerzas armadas, ser desagradecidos con nuestros dirigentes y no querer al Perú.
Por mi parte, desde 1986 venimos reclamando que “Si usted es peruano diga nuestro país al referirse al Perú”, sin desconocer que hay amores nominales y amores reales. Así pues, existe diferencia entre lo que es el patriotismo y el patrioterismo.
Amar al Perú, sentirlo real y auténticamente nuestro, significa aceptar sus problemas, sin eufemismo barato y con sentido autocrítico, para que a partir de eso trabajemos por solucionar dichos problemas y para generar las condiciones de bienestar básicas para toda la población, y especialmente para los sectores menos favorecidos.
En este sentido, el amor por nuestro país tiene que ir más allá de la reverencia y la cortesía por nuestros símbolos patrios y el buen nombre de nuestras instituciones tutelares y autoridades, hasta la vigilancia democrática para que nadie saque provecho personal de esos símbolos y de los cargos públicos que le toque ocupar como empleado o como autoridad.
Amar al Perú, significa también, no creer que únicamente nosotros podremos solucionar todos sus problemas y marginar arbitrariamente al resto de compatriotas de ésta tarea. Ya hemos tenido experiencias fratricidas, basadas en frases como “sólo el Apra salvará al Perú”, “sólo los cholos aman al Perú” y otras por el estilo. Por eso, la tarea de los gobernantes es la de convocar a la mayoría de los talentos nacionales.
Amar a nuestra patria, es no ser triunfalistas y ser conscientes que aún campea en nuestro medio la falta de empleo, la inmoralidad, la violencia, el abuso del poder; por lo que tenemos que renovar el compromiso de eliminar esas lacras, precisamente para fortalecer un clima de convivencia democrática.
2009/03/31
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El Lic. Eduardo A. Lastra Domínguez, es peruano. En 1980 fundó el Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial, ILADE, con el fin de producir ideas para la gestión competitiva de las empresas, en este campo desarrolla Talleres Gerenciales para las medianas y grandes empresas. Dirigió la revista "Avance Economico". Desde 1996 impulsa la necesidad de una estrategia público-privada para la promoción de la micro y pequeña empresa; a los empresarios de las MyPE les brinda consultas y capacitación. Dirige el periódico Mundo MyPE. Ha publicado varios libros y videos de sensibilización por una cultura de emprendimiento competitivo y ético.
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