Por: Eduardo Lastra D.
Una de las responsabilidades de un gerente es la de lograr los resultados esperados; es decir, de hacer que la organización (área) a su cargo logre sus objetivos. Muchas veces esta tarea no se consigue a cabalidad únicamente porque no se tienen objetivos debidamente determinados.
Para que un objetivo tenga, efectivamente, la calidad adecuada debe cumplir con las siguientes características: Ser preciso, ser realizable, ser desafiante, y ser compatible.
Ser preciso: Para que un objetivo sea tal, o sea se diferencia de las simples buenas intenciones, debe tener precisión o dicho en otras palabras tiene que ser mensurable (medible), para esto necesariamente tendrá que estar expresado en números. Un objetivo debe estar definido por uno o más parámetros (unidades de medida) como: fecha, hora, costo (S/. ó US$), peso, tamaño, volumen, cantidad, etc.
Ser realizable: Además de haber sido plenamente cuantificado un objetivo de ser factible de su concreción. De nada vale decir que vamos a lograr "un trescientos por ciento (300%) de incremento en algo" cuando eso es imposible de conseguirlo en los hechos. Un buen objetivo es aquel que está "dentro de nuestras fuerzas" para concretarlo.
Ser desafiante: El riesgo de cuidar la factibilidad de un objetivo es que pudiéramos ser demasiado conservadores, cautelosos, inclusive llegar a la mediocridad; por lo que es recomendable pensar en el esfuerzo adicional que debemos hacer. Por ejemplo, si se considera que podemos incrementar en un 15% el rendimiento de algo, un autodesafío sería ponernos una meta de 16%. Ese uno por ciento adicional representa la característica de desafiante.
Ser compatible: Especialmente cuando estamos planeando y programando objetivos empresariales, tenemos que atender su coherencia; es decir, que mantengan relación armoniosa con los objetivos de otras áreas. Por ejemplo, el objetivo de entregar regalos navideños a los hijos de los socios, por un importe de S/. 100,00 a cada uno, no es compatible con la capacidad económica de la cooperativa.
La calidad de los objetivos determina la calidad de los planes y programas, por ello es importante que los responsables de áreas operativas, nos vayamos acostumbrando a formular objetivos que nos ayuden a tener un mejor desempeño y rendimiento.
El Lic. Eduardo A. Lastra Domínguez, es peruano. En 1980 fundó el Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial, ILADE, con el fin de producir ideas para la gestión competitiva de las empresas, en este campo desarrolla Talleres Gerenciales para las medianas y grandes empresas. Dirigió la revista "Avance Economico". Desde 1996 impulsa la necesidad de una estrategia público-privada para la promoción de la micro y pequeña empresa; a los empresarios de las MyPE les brinda consultas y capacitación. Dirige el periódico Mundo MyPE. Ha publicado varios libros y videos de sensibilización por una cultura de emprendimiento competitivo y ético.
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