Por: Eduardo Lastra D. (*)
Algo que por lo general motiva un alto grado de "estrés" en quienes ocupan puestos gerenciales, es tener que atender numerosos y variados asuntos en tiempos relativamente breves. La responsabilidad de "estar en todas", ocupándose de muchos asuntos y en distintos frentes a la misma vez, ciertamente que produce tensión y en determinadas oportunidades confusión.
En efecto, quien es responsable de gerenciar un área determinado de la empresa tiene que planear y organizar el trabajo del área y de él mismo (antes de), coordinar la ejecución de todas y cada una de las actividades (durante), y evaluar los avances periódicos así como los resultados finales de dichas actividades (después de).
Naturalmente que en cada una de las fases hay una serie de tareas gerenciales que realizar, tales como:
En el antes de...
Acopiar y sistematizar información, sacar conclusiones, proyectarse hacia el futuro, elaborar planes y programas. Coordinar con sus colaboradores tanto para el diagnóstico como para formular propuestas.
En el durante
Asignar autoridad y responsabilidad (mediante la delegación), motivar a los colaboradores, mantener una estrecha comunicación con cada colaborador (dependiendo del tamaño de la organización), afinar los canales de supervisión. La toma de decisiones, lo más cerca del terreno de operaciones habrá de ser una constante, a fin de corregir errores sobre la marcha.
En el después de ...
Conocer el grado de los avances y los resultados de las actividades y trabajos; saber lo más exactamente posible las causas por las que se hayan podido producir ciertos atrasos, y sobre la base de todo ello tomar las medidas correctivas, que permitan mantener el curso de la programación inicial.
Debemos añadir que todas y cada una de los diferentes aspectos del trabajo gerencial deben realizarse tanto de inmediato (en la coyuntura) como en función del mediano y largo plazo. (*)Asesor Corporativo
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