Cuando el Estado, es decir los funcionarios públicos, olvidan o no realizan adecuadamente la función democrática de hacer que los ciudadanos participen, la sociedad no tendrá sana convivencia.
Actualmente, es común, pero no bueno, que apenas se promulga o dicta una norma, ya sea de nivel municipal, regional o nacional, comienzan las protestas buscando su modificación o derogación.
¿Es imposible lograr, que por el contrario, la población festeje la dación de una determinada norma?
No, simplemente necesitamos que los funcionarios públicos de todos los poderes y niveles, recuerden que:
1.-Están para solucionar problemas y no para crearlos.
2.-No son dueños del país, ni de los puestos que ocupan.
3.-Deben aprender a ver a los ciudadanos como sus clientes.
4.-Si no se sienten servidores públicos, la verdad que no sirven.
5.-Están obligados a tener una actitud y una práctica dialogante, permanentemente.
Eduardo Lastra D.
elastra@mundomype.com
2009/06/10
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