Por: Eduardo Lastra D. (*)
Por estas fechas, todos nos deseamos un próspero Año Nuevo; pero ¿en cuál de los regalos que hemos recibido estará la prosperidad? ¡En ninguno de ellos! Ese sueño tenemos que construirlo y cada cual tendrá el grado de prosperidad que se haya ganado.
Muchos de nuestros problemas, tanto en la vida familiar, en los negocios y a hasta a nivel de país, permanecerán desafiando al tiempo, fundamentalmente porque nosotros no nos esforzamos de verdad para solucionarlos.
Por supuesto que hablamos de ellos, incluso llegamos a diagnosticarlos, y a tener sus respectivas problemáticas; pero jamás aplicamos las apropiadas solucionáticas. ¡No es lo mismo hablar de los problemas que solucionarlos!
El primer paso hacia la prosperidad, consiste en salir de nuestros problemas y evitar caer nuevamente en ellos. Por eso, es conveniente saber cuáles son nuestros problemas, para superarlos con decisión y estrategia.
Los que conducimos pequeñas empresas, seguramente que tenemos problemas en cuanto a: 1.-Elaborar nuestros planes de trabajo para el negocio como empresa y para cada una de sus áreas, como pueden ser: Ventas, compras, financiamiento, contratación y capacitación del personal, cumplimiento de las obligaciones tributarias, etc. 2.-Dirigir el negocio de manera que las actividades sean efectuadas con calidad y oportunamente, para satisfacción de los clientes. 3.-Saber qué tan bien estamos haciendo nuestro trabajo y encontrar las correcciones necesarias a los errores cometidos.
Como empresario, tienes que renovar tu compromiso de tener un negocio o empresa que sirva al mercado y a sus clientes, que tu relación con tus competidores y la sociedad sea honesta y respetuosa. Así, al desarrollar una conducta de servidor público desde la actividad privada, seguramente que fidelizarás a tus clientes y ellos al comprarte frecuentemente y recomendarte, harán que tengas las ganancias para mantenerte y crecer.
Cuando trabajamos en lo que nos agrada, sintiendo que obramos con bondad y justicia, seguro que disfrutaremos de esa paz interior, que nos da el cumplir con nuestra Responsabilidad Social Empresarial y con nuestra propia realización personal.
(*) Presidente del Instituto Latinoamericano de Desarrollo Empresarial, ILADE